Antonio J. Gras
La particularidad de la elaboración de la pasta es su observación directa. La necesitaremos para saber si, en un momento dado, a nuestra masa le falta más huevo, jugo o agua. Nuestro criterio y observación sobre la elaboración es imprescindible para no tener una pasta dura y en bloque y para no quede muy suelta e inconsistente. Esto es, buscaremos que nuestra masa para la pasta tenga consistencia pero que sea de una textura flexible, que no se desgrane y quede
pegadita y manejable.
Si es posible, utilizaremos una máquina amasadora. Si no, utilizaremos un recipiente amplio, que nos deje movilidad para mezclar la masa con los ingredientes.
Hemos de tener en cuenta que la pasta fresca no requiere mucho tiempo de cocción, con lo que tendremos que estar muy pendientes del proceso y contar con que el tiempo para la pasta son unos minutos. El tiempo pues, viene determinado por la cantidad de masa que hayamos utilizado para la pasta, que normalmente será poco (para realizar pasta de consistencia fina, por ejemplo unos tallarines). Esto es, que el tiempo ha de estar muy controlado, puesto que necesitamos tan solo unos pocos minutos para su cocción.
Se puede condimentar con especias para dar sabor y color a la masa, aunque también con jugos, vinagres, aceites, ramitas de romero, perejil...
Existen diferentes formas de hacer la pasta aunque fundamentalmente, por ser más blanda y fácil de manejar, abunda el uso de harina de arroz. No obstante, entre la variedad de oportunidades que hay para la elaboración de recetas de pasta contamos con la posibilidad de obtener una masa usando harina de arroz, de trigo, de maíz... Para la pasta fresca destaca la harina de trigo,por su color, consistencia y solidez, aunque las cualidades de la harina de arroz (más fina y transparente), la hacen ideal para ciertas recetas.